Reyes Calderón vuelve con el personaje de la jueza, Lola MacHor a crear una historia que engancha desde el primer momento.
La novela comienza con la muerte de un etarra arrepentido en prisión y lo que a priori no tiene nada que ver con Lola e Iturri, se convierte en la base de esta última aventura. Lo siguiente que sabemos es que Lola se encuentra en el escenario de un crimen, un asesinato y un intento de asesinato de su amigo Juan Iturri. La policía francesa la considera la principal sospechosa del asesinato pero Lola desconoce la identidad del cadáver y sólo le preocupa el estado de salud de su amigo. Lola guarda silencio sobre lo ocurrido hasta que decide contarles la historia al fiscal del pueblo, al inspector de policía y al médico forense. Gracias a esto conocemos la historia del secuestro de inspector Iturri y todo los movimientos que realizan los diferentes servicios secretos para su liberación.
El personaje de Lola es genial, a mí en algunas situaciones me resulta muy Bridget Jones lo que da cierto sentido del humor a la novela. Además no son sólo las situaciones en las que se ve envuelta la jueza sino su forma de ser, su ironía, su sarcasmo también provocan una corriente de simpatía hacia este personaje.
A pesar de no haber leído ninguno de los otros libros de este personaje no pierdes el hilo de la historia porque la autora va recordando situaciones importantes para ponernos en el contexto.
Me ha gustado. Es fácil de leer y la historia te atrapa rápidamente. Ya tenéis otro que apuntar para este verano, yo, por mi parte, intentaré hacerme con los anteriores porque sólo por el personaje de Lola vale la pena leerlos.
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