Voy a saltarme el orden de la lecturas que tengo pendientes de comentar porque no puedo permitir que otro libro me envenene sin haber comentado éste, cuando todavía estoy bajo su influjo.
Primero el argumento. Luz Gabás nos narra la historia de un joven criado en las montañas oscenses que viaja a Guinea para trabajar en una plantación de cacao. Allí están su padre Antón y su hermano Jacobo que poco a poco le van introduciendo en la vida de la Guinea colonial. Kilian, que así se llama el protagonista, se termina adaptando a la vida en la plantación y muestra mucho más interés que el resto de coloniales por la vida y costumbres de los nativos. Este sería una parte de la historia.
La otra comienza en el año 2003 y nos cuenta como Clarence, hija de Jacobo, encuentra unas cartas que le hacen sospechar que su padre guarda un gran secreto y por ello prepara un viaje a Guinea para descubrir el misterio.
Una novela en dos tiempos, con diferentes contextos y formas de pensar creadas por la época en la que les ha tocado vivir a cada uno de los personajes.
Es una historia mágica, las páginas del libro te agarran de tal forma que es imposible soltarlo. Tengo que dar las gracias a aquellos que me lo han recomendado porque no tenía mucho interés en leerlo, no me llamaba nada el título y esperaba una historia de amor sensiblera, y sí narra una historia de amor pero está muy lejos de ser un libro sensiblero.
Me ha sorprendido la vida de los colonos y los nativos en esa Guinea española. Es un tema que no he tocado nunca y aunque sí sabía que Guinea había pertenecido a España, en ningún momento me he preguntado que había pasado con ella, en mi mente estaba la idea que se les había concedido la independencia de buenas a primeras y estaban tan felices así en plan happy flowers ¡¡¡qué incultura la mía!!. Indignante que en su propio país se les prohibieran cosas que se permitía a los blancos, no es extraño que hubiera una corriente de odio soterrado que explotara al final.
Los personajes increíbles, seres humanos reales con sus cosas buenas y sus cosas malas, no hay una héroe absoluto bueno buenísimo, papel que podría tener Kilian pero como ser humano que es tiene sus debilidades, sus errores, nos muestra como se pueden incorporar y aceptar creencias, costumbres e ideas que están algo alejadas de las convicciones que trae de España. Es un personaje que cambia, que crece como ser humano. Lo que sí hay son malos malísimos y esto también es muy real porque te puedes encontrar personas así a la vuelta de la esquina.
Cómo podéis ver me ha calado hondo así que yo lo recomiendo al cien por cien. Ayer cuando lo terminé con lágrimas en los ojos y esbozando una sonrisa al mismo tiempo deseé que continuara, que me diera un poquito más pero soy consciente de que un poquito más no tendría sentido porque tiene un final ejemplar, inmejorable.
No sé si veré la película, una parte de mí me dice que mejor lo deje que me voy a desilusionar pero otra está deseando ver las imágenes de esas palmeras que eran la entrada a una nueva vida.
